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martes, 10 de marzo de 2015

Escamondando chopos, creando recursos



Desde hace siglos nuestros antepasados han modelado  la tierra en la que vivimos, dando forma al paisaje con sus manos, manejando el ganado y cultivando la tierra. En la actualidad la mayoría de actividades que realizaban, respetuosas con el medio al que si dañaban también se dañaban a ellos mismos, y creando multitud de ecosistemas y de nichos ecológicos, de los que se aprovechaban y se siguen aprovechando gran cantidad de seres vivos, tanto animales como plantas; se han ido desplazando por otras más productivas para este sistema en el que la agricultura y la ganadería se asemeja más a la industria, y en el que solo se mira la producción a corto plazo,  sin importar la conservación de los recursos y de la diversidad, tan beneficiosa para el hombre de campo.

De estos recursos, que aparte de sacar provecho los lugareños, también lo sacan especies silvestres, una de las más características en esta parte del mundo, es el aprovechamiento forestal de los bosques de ribera, en forma de árboles trasmochos, sobre todo en nuestras latitudes chopos y sargas. Estos árboles generaban multitud de recursos a la gente (leña para calentarse al invierno, vigas para la construcción, comida y sombra para el ganado...) y a la madre natura creando ecosistemas y nichos en los que encuentran refugio multitud de seres vivos, algunos de ellos escasos y otros no tan escasos aunque si a nuestras latitudes, al ser de los pocos árboles viejos, con madera muerta, huecos oscuros y húmedos o secos que tenemos en esta parte de Teruel, tan escasa en bosques y arboledas.

Estos árboles normalmente se plantaban en zonas húmedas, en torno a acequias, a lo largo de ríos y riachuelos, en los lindes de los campos. Son árboles que tienen propietario, al ser antaño un recurso importante, llegaba el gacho, metía una rama de otro chopo (clones) en terreno fresco, que gracias a la humedad, echaba raíces, y ese árbol aunque no estuviera en terreno propio, ya era suyo.

Este árbol, con las respectivas podas se convertía en un chopo cabecero, un árbol, que con los años, tras la extracción de su madera, no había que estar vigilando que no le llegará el diente del ganado. Una gozada de recurso que venimos empleando desde que en el neolítico, le cayera un rayo a uno de estos árboles, o lo partiera el viento y rechitara vigorosamente de la zona partida, pudiendo aprovechar el resto.

En la actualidad la madera no vale dinero, la mayoría de casas se construyen con vigas de hierro o de hormigón,  se calientan con gasoil, las ovejas comen camperina y los pájaros no le importan a nadie. Por lo que estos viejos árboles, tan importantes en otros tiempos están olvidados, la mayoría han perdido el turno de poda y se empiezan a secar por las puntas, o sus vigas pesadas caen al suelo con el viento acabando por secarse, eso si no se los ha llevado alguna concentración parcelaria por el camino o si no se han cortado al impedir el paso de la maquinaria pesada.

Pese a esto, todavía queda o quedamos gente que sabemos valorar lo que la naturaleza nos ofrece y creemos que en lugar de explotarla, deberíamos establecer una simbiosis con ella, para poder salir todos bien parados.

Hace algunos fines de semana, hablamos con el propietario de 11 de estos árboles en nuestro pueblo, Fuentes Calientes, son chopos jóvenes que solo se escamondaron una vez hace como mínimos 25 años, teniendo unas vigas de considerable tamaño, y decidimos comenzar a escamondarlos, realizando la escamonda de 4 de estos árboles, os dejo alguna imagen y vídeo de este día.



El antes (al verano)

















El durante





El después







Besos y abrazos





lunes, 9 de febrero de 2015

Tiempo de frío, tiempo de hambre.


  Estamos a principios de febrero, época de frío a nuestras latitudes. Este fin de semana hemos tenido temperaturas máximas durante el día de -2ºC y mínimas por la noche de -12ºC, que junto con la nieve que cayó en abundancia el martes, y en menor medida los días siguientes, hacen que se produzca una situación muy adversa, no solo para nosotros los humanos a los que nos dificulta los desplazamientos, pero al lado de la chimenea y con el cerdo colgando en el reposte se hace bastante llevadero.

 Sin embargo los animales salvajes lo tienen más complicado a la hora de encontrar alimento con una capa de nieve que limita el acceso al suelo. Esto los hace más confiados, ya que están tan concentrados en conseguir su pitanza, que muchas veces no se dan cuenta de los peligros  que tienen alrededor; situación que los hace más vulnerables y que aprovechamos nosotros para capturarlos con nuestros objetivos.

 Queremos dedicar esta entradilla a nuestros colegas pajareros, que estuvieron por Gallocanta este sábado celebrando la fiesta de la despedida de las grullas. Nosotros no pudimos asistir, pero también estuvimos disfrutando de las bonitas estampas que nos deja la nieve y de los colegas alados que se refugian estos días de invierno en nuestros bosques  y pueblos.



Cardelina


Cascabel










  Nos sorprendió mucho encontrarnos con el señor cárabo, que nos miraba atento y estático desde lo alto de un chopo cabecero.




Cernícalo vulgar

Escribano soteño




   Un mirlo común se ponía las botas con las vayas de la hiedra, mientras unos metros más arriba un pico picapinos alertaba nervioso de nuestra presencia al resto de los habitantes de la  chopera.







Mito














  Este curioso bando, formado por cardelinas, pinzones, escribanos soteños, gorriones molineros, pardillos y alguna cogujada, se dedica estos días a recorrer la eras buscando entre la nieve los granos que se caen de  remolques y sembradoras en verano y otoño.






Nacho y Olmo

miércoles, 4 de febrero de 2015

Nevadica en Monreal

      Esta noche ha comenzado a caer algo de nieve sobre Monreal, lo que ha permitido que amanezcamos cubiertos por un hermoso manto blanco, que yo personalmente ya hacía algún tiempo que no veía. Aprovechando la situación e salido a dar un paseo para disfrutar del paisaje nevado, más corto de lo que pensaba ya que hacía un frío esta mañana de mil pares de narices!!

Os dejo unas foticos de mi pueblo nevado, espero que os gusten.

Foto de Monreal del Campo.


Grullas sobrevolando los alrededores de Monreal.

Vía del tren  a su paso por Monreal.

miércoles, 21 de enero de 2015

Por Gallocanta


Este año en la cuenca de Gallocanta, ha habido una explosión poblacional de ratilla campesina, a la que comúnmente llamamos “topillo” Microtus arvalis,  lo que ha atraído la atención de numerosos depredadores, que se han instalado por la zona para aprovechar este valioso recurso, que les proporcionará reservas y les ayudará a superar el duro invierno del hemisferio norte. De estos, los más visibles durante el día son los que vienen desde el cielo, algunos vienen desde zonas más norteñas, donde les es más dificultoso encontrar alimento debido al frío, al manto de nieve… otras residentes todo el año, también se han concentrado en esta zona aprovechando el jugoso sustento que les proporciona la carne de los micromamíferos. 




















                              Gorriones molineros en las proximidades de Gallocanta


Aprovechando las festividades eclesiásticas establecidas, nos reunimos unos pocos paganos para celebrar el nacimiento del nuevo año a nuestra manera, rindiendo tributo y agradecimiento a nuestra naturaleza, y admirando como resisten estoicos gracias a sus increíbles adaptaciones, los seres que pueblan el mundo, pese a las trabas cada vez más abundantes que les ponemos.

Ratonero
Por el camino ya pudimos observar grupos numerosos de milanos reales, que venidos desde el norte se mecen en el aire como auténticas cometas de fuego. Pequeños y solitarios cernícalos vulgares cruzaban el cielo buscando una atalaya para divisar a los ratoncillos. Los ratoneros, más madrugadores ya estaban escudriñando el suelo desde lo alto de los postes telefónicos o desde algún sitio elevado a la espera del descuido de una de sus presas. Las más numerosas hembras que machos de aguilucho lagunero pasaban en vuelo rasante sobre los ribazos y rastrojos próximos a la laguna asustando a las alondras que salían en nutridos bandos a darnos la bienvenida.

Llegamos al observatorio de la Reguera, en Las Cuerlas, con la laguna de Gallocanta en frente, y con abundantes grupos de aves que necesitan de la laguna para vivir. Las grullas, protagonistas indiscutibles del lugar iban y venían pasando por encima de sus vecinos los grandes tarros blancos, o las pequeñas cercetas comunes, ánades frisos y reales...
Un  halcón peregrino se acicalaba las plumas en medio de un restojo, haciendo la puesta a punto antes de ir a cazar el desayuno.



Ánsares comunes


Trío de tres

A mediodía, fuimos a comer a la Laguna Honda, ya en Castilla la Mancha, que nos sorprendió muy gratamente con un nutrido bando de grullas, y donde pudimos comer a la sombra de unas maravillosas y legendarias carrascas,  que resisten inmóviles a la espera de que alguna concentración parcelaria o una pista de esquí en seco se las lleven por delante. Mientras tanto dan refugio y alimento a los habitantes de la zona.





















Tomando el Sol en la laguna Honda

Por último, antes de que se pusiera el Sol, fuimos a ver la salida de las lechuzas campestres del ribazo que utilizaban como dormidero. Increíble pájaro, nos sorprendieron con sus ojazos amarillos  y sus acrobáticos vuelos que realizaban antes de irse a patrullar los barbechos.  





 Ilustres lechuzas

martes, 4 de noviembre de 2014

Un encuentro casual

 
  Un día de este pasado verano, me encontre con este colega por el monte agarrado a un pelejo de oveja.














martes, 4 de febrero de 2014

Crónica de un fin de semana ornitológico


  Tras este largo mes de bibliotecas y apuntes, decidimos tomarnos el fin de semana, y aprovechar para conocer nuestro territorio, aun tan inexplorado y desconocido para nosotros;  y un poco con la excusa de que ha comenzado The big year! En Teruel, tomamos a las aves como protagonistas de la escena.


   Salimos el viernes por la mañana temprano, en dirección a la Sierra de Gúdar,  donde nos esperaba un muy buen día de pajareo.

   Empezamos la mañana tranquila, montamos las redes para la captura  y posterior anillamiento de aves  en Alcalá de la Selva, y pasamos la primera mitad de la mañana aguantando el viento y la nieve, que no paraba de caer, aunque luego salió el Sol, que nos acompañó el resto del día. Anillamos un total de 40 pájaros, entre escribanos montesino y soteño, y un ejemplar pinzón vulgar.





Redes repletas
Escribano soteño (Emberiza cirlus)

Escribano montesino (E. cia)

Hembra de pinzón vulgar



 Después de una buena comida, nos dirigimos hacia los sabinares de Mora, donde nos dimos un largo paseo entre sabinas centenarias, y donde pudimos ver como convivían el hombre y el sabinar, ayudándose mutuamente, encontrando  árboles muy longevos y muy manejados por el hombre, de los que se obtenía madera para leña y para construcción, las hojas se las daban como alimento al ganado…




Foto equipo bajo Sabina La Parra


Cernícalo vulgar
Valla ganadera de madera de sabina




Acabamos el día con una breve aparición del gran duque, bajo un atardecer rojizo, a orillas del Mijares, que nos dejo un muy buen sabor de boca.



  Al día siguiente, y también con un buen madrugón, nos dirigimos a Gallocanta,  donde pasamos el día celebrando  el festival de las grullas.

Gallocanta al fondo, y su laguna a media mañana.
Primera hora de la mañana.










   Tras saludar a camaradas pajareros y tomarnos el respectivo carajillo, que a esas horas actúa bien como anticongenlante, nos disponemos a presenciar uno de los espectáculos más maravillosos con los que nos puede deleitar la naturaleza en nuestra zona; la salida de las grullas de la laguna donde han pasado la noche, hacia los campos de cultivo y montes cercanos donde se alimentan durante el día; y su posterior regreso al anochecer a esta. La niebla, el frío, los trompeteos de las grullas, mezclándose con los primeros rayos de Sol de la mañana y con el reflejo de  estos  al chocar con la lámina de agua que cubre la laguna; producen una sensación recomendable para todo hombre, haciéndolo  conectar con la naturaleza por un momento, volviendo a los orígenes de nuestra especie, y encontrando la paz interior.








Grulla común


  El día lo pasamos tranquilamente, realizando las actividades que nos proponía los amigos de Gallocanta por la mañana, y pajareando por nuestra cuenta la otra mitad del día.

  Destacando la gran cantidad de aguiluchos pálidos y laguneros  que  pasaban en dirección Bello à Las Cuerlas, rozando el suelo y haciendo alarde de maestría al planear, deleitándonos con sus técnica y habilidad, y como auténticos señores del cielo, deleitándonos con alguna acrobacia aérea.


Aguilucho lagunero volando sobre las grullas y con un bando de andarríos chico al fondo



Dos lustrosos jabalíes cruzaron raudos la laguna.

Estas cinco corzas pacían tranquilamente, próximas a la laguna.

Acabamos el día con la entrega del premio al grullero mayor a Joaquín Araujo, que lo agradeció con un emotivo discurso dedicado a los grulleros y a todos aquellos que disfrutan y defienden  a la madre naturaleza.







Y por la noche, con el buen ambiente de los que tienen pájaros en la cabeza, despedimos la jornada con una verbena en Tornos.


Saludos