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sábado, 18 de mayo de 2013

Herbicida en cunetas: inútil y contraproducente

  Ayer, nada más llegar al pueblo, una imagen desoladora me estremeció el corazón: todas las plantas de las cunetas estaban amarillas, envenenadas, como pagando con la agonía de su vida, el haber nacido donde a los humanos les molesta.

  Otros años pasaban la desbrozadora; con esto, las plantas eran eliminadas, pero sus raíces seguían con vida, manteniendo sujeta la tierra, protegiéndola de la erosión. Pero este año, se han dedicado a echar herbicida sin conocimiento por todos los rincones del Altiplano; como ya era costumbre en pueblos como Visiedo, que se ve que aprecian bastante su salud, y  hasta hace bien poco no se podía beber agua del grifo debido al exceso de nitritos, ahora ya se puede, ya que han echo un pozo más hondo aún, cuando contaminen este también (y al ritmo que llevan de echar fertilizantes al campo no creo que tarde mucho), harán uno,  en el que sacarán el agua de Australia, y de vez en cuando saldrá algún canguro dando botes.

   Con esta sulfateada, que aparte de innecesaria  (las plantas que había no superaban los 10-20 cm de altura, y eso no quita ninguna visibilidad a los coches. Vamos digo yo!) y que nos envenena a los humanos y al resto de seres vivos, lo único que se va a conseguir, es que en la próxima tronada, al haber matado todas las partes de las plantas, el agua se lleve la tierra y se produzcan socavones.

 Esto de cambiar de la desbrozadora al herbicida (en la mayoría de los sitios ya era bastante inútil la desbrozadora) dicen que es porque sale más barato. Pues señores políticos de la comarca, más caro sale pagar con la salud de los habitantes de su tierra, a los que nos estáis envenenado con vuestros herbicidas y con vuestra incompetencia.



Plantas matadas a base de herbicida en medio del pueblo de Fuentes Calientes


Salud2.






1 comentario:

  1. 100% de acuerdo contigo, Olmo. Mejor contado imposible. Si es que alguno de los primates con los que compartimos género y especie flaquean de inteligencia, no saben que envenenar el medio que nos sustenta es envenarnos a nosotros mismos. Además a muchos parece que les molesta cualquier signo de vida y en seguida prefieren cambiarlo por el gris del triste cemento que a este paso va a acabar inundado todo lo que hasta ahora conocemos.

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